28 mayo 2007

To be continued...

A mí, que tanto me gusta el cine, se me ocurrió imaginar mi vida como un largometraje, como una extensa película. Se me ocurrió pensar que cientos de invisibles cámaras me han perseguido a lo largo de todos estos años, y que el mundo no es más que un inmenso plató. Como es mi sueño, yo soy el protagonista, porque la película trata de mi vida. El resto de personas, amigos, familia, compañeros, vecinos, conocidos, tienen papeles de distinta relevancia en la historia. Lo que no sé es quién es el guionista y quién el director.

La infinidad de cámaras no se han despegado de mí a lo largo de mi vida, me han estado grabando en las situaciones más inverosímiles y yo sin darme cuenta. Pienso en todas las situaciones embarazosas que se me ocurren y me siento un poco avergonzado, pero ya no tengo escapatoria.

Normalmente este tipo de películas se estrenan al final de una vida, cuando realmente está concluida, sin embargo, en este caso no ocurre así. Por algún motivo, aquí algo es diferente, y el director, o los productores, deciden estrenar la película estando yo aún vivo.

Al estreno, por supuesto, están invitados todos los actores, los principales y los secundarios, incluso los extras. Por esta razón me siento atemorizado.

Comienza la película. Conforme transcurren los minutos, las horas, los días, me doy cuenta de que aquí pasa algo, todo parece a tiempo real, sin solución de continuidad, ¡aquí no hay cortes! Esto hace que me sienta algo confuso y no quiero ni pensar en el tipo de cosas que voy a ver, y peor aún, que van a ver.

Pasan los años y finalmente la película concluye, y lo hace como no podía ser de otra forma, con la emisión en directo de la proyección de la película en la sala de cine donde me encuentro en ese momento. La sensación es muy extraña, pues sé a ciencia cierta que los cortes no han existido, y sin embargo, a la película le falta algo, cojea por algún lado, no me parece redonda, falla por algún sitio. Hay momentos, situaciones, que debería haber vivido y no lo he hecho, ¿quizá he olvidado vivir ciertas cosas? A esta película le faltan escenas, está muy claro, cualquier crítico de tres al cuarto lo reconocería, pero la realidad es que no las he vivido y por eso no aparecen en el film. Yo estoy en primera fila y no quiero volver la vista atrás.

En ese punto de la sesión, justo antes de los títulos de crédito, sucede algo que me da un rayo de esperanza. En lugar del típico “the end”, sobre el fondo negro de la gran pantalla, aparece la palabra: continuará...


(London Eye)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sabes, me gusta oir, o mejor, ver escrito lo de "continuará..." Da esperanza..esto no acaba aqui, las cosas no siempre serán igual, porque todo está en constante movimiento, siempre... y aún hay tiempo de hacer las escenas que faltan, ver los fallos de escenas previas y corregirlos en las futuras (quizás por eso se estrena la peli estando uno vivo..)
Que suerte no?, "continuará..."
Espero de verdad que tu blog también lo haga!!!
Un cariñoso saludo!!

musogato dijo...

Muchas gracias por tu comentario. En parte te contesto en el nuevo post.

Recibe otro cariñoso saludo de mi parte.