Cuando algo me preocupa, no hago más que darle vueltas al asunto. Y de tanto darle vueltas, sin mirar fuera del problema, la visión que tengo de la situación está totalmente tergiversada y para nada es objetiva. Cuando llegas a este punto, si eres capaz de reconocerlo, lo mejor es parar en seco. Dejar, por un momento, de darle vueltas al asunto y tomarte un respiro.
Algún lugar de la Mancha.
Que seas feliz.
Musogato.
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