20 enero 2008

Hasta mañana

No debería ponerme a escribir un domingo por la tarde, me lo debería prohibir mi psiquiatra, si lo tuviera. Y es que los domingos siento una especie de desazón por dentro que es insoportable, una especie de profunda depresión pasajera, de anhedonia súbita que se prolonga desde mi época de estudiante. Y no siempre tiene que ver con que al día siguiente empiece una dura semana, porque es que esto me ocurre hasta en vacaciones. Sencillamente no soporto los domingos, si pudiera suicidarme temporalmente lo haría, sólo unas horas, sólo hasta mañana.


(Puerto de Villajoyosa, un domingo por la tarde)

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