Como flor en el agua

Lo lógico es que a mi edad ya esté aclimatado a mi entorno. Que mi hábitat y yo estemos completamente integrados e interrelacionados. Y resulta que a veces me doy cuenta de que no, de que no es así para nada. Me doy cuenta de que me siento como un extranjero, como un extraño que no reconoce nada de lo que le rodea, con una terrible y amarga sensación de irrealidad.

Y sin embargo, explorando nuevos territorios, resulta que irónicamente esta sensación desaparece en el agua, en el mar, alejado de todo, fuera de cobertura, y de juego también si quieres. Ahí me siento bien, integrado, como pez en el agua, o mejor, como flor en el agua.


Nenúfar en los jardines del alcázar de los Reyes Cristianos de Córdoba.

Felices vacaciones y hasta septiembre. Un beso.

Musogato.