A veces pienso que, dado que las respuestas no llegan, tal vez éstas estén implícitas en las propias preguntas, y que las recibo a modo de eco. Sólo hay que aprender a escuchar el silencio. A veces, sólo a veces, pienso que mi destino es ese, cuestionarlo todo, hacerme mil preguntas sin respuesta. Quizá sea la forma que tiene mi espíritu de demostrar su existencia, formular una pregunta tras otra. Sin esperar respuesta.
(Albarracín, la muralla)
2 comentarios:
Desde luego es mejor cuestionar y cuestionarse, que dar por solucionado por cualquier duda. Aunque a veces es mejor no preguntar...ni preguntarse, pues la respuesta puede ser la no esperada o nada fácil de asimilar.
A mí tambien me encanta lanzar preguntas pero efectivamente hay que saber escuhar el silencio.
Filo tiene razón pero aún así por inesperada o dificil de asimilar que sean las respuestas, yo prefiero oirlas.
Para mí la incertidumbre es más dura...
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