29 junio 2009

Al otro lado del espejo

¡Me pasa cada cosa con los espejos! El otro día al pasar por delante de uno vi de refilón mi reflejo y me detuve un instante a contemplar lo que veía. Al observarme al otro lado del cristal pensé que a lo mejor yo era el reflejo y la imagen de enfrente mi yo real, ¿por qué tenía que ser al revés? Estuve un rato probando determinados movimientos que instantáneamente eran repetidos por mi yo de enfrente, que eran inmediatamente copiados por él. Intenté sorprenderle un par de veces, pero por muy rápido que fuera, mi otro yo me imitaba de forma totalmente sincrónica. Pero, ¿y si era yo el que estaba copiando lo que hacía mi yo de enfrente, el imitador, el que seguía sus ordenes? ¿Y si no era yo el que tomaba las decisiones? ¿Quién era más libre, yo o el yo que estaba al otro lado del espejo, mi otro yo? Tantas dudas, tantas cuestiones acabaron por agotarme, así que decidí escapar de allí, huir, alejarme del espejo. Mi otro yo pareció pensar lo mismo y también se esfumó.


(Nasher Sculpture Garden, Museo Peggy Guggenheim, Venecia)

2 comentarios:

David Morales dijo...

Muso,yo creo que tu otro yo y tu mismo sois ficción, tu yo real se encontraba dormitando, y fue eso, sólo un sueño.
Habló mi yo ficticio...

FILO dijo...

Me recuerda a un capítulo de la serie de Televisión de Alfred Hithcock, donde a un tipo, le aparece otro igual en su vida diari, llegando éste a sustituirle y el original siendo acusado de usurpación de personalidad. Buenísimo, como los Fisherspooner.