23 febrero 2009

Menudo mundo

¿No te ha pasado nunca que al regresar a un lugar de tu infancia, largamente olvidado, ya no te parece igual? Al principio te sientes confuso porque no sabes qué es distinto, pero luego caes en la cuenta. El lugar es el mismo, pero más pequeño.

A mí me ha pasado, no sólo con lugares, también con objetos. Cosas habituales cuando era un niño, pero que hace tiempo que no veo, como juguetes, ropa, muñecos, parece como si hubieran encogido con el tiempo.

La primera vez que experimenté hechos así pensé que era lógico, no es que las cosas empequeñecieran, es que yo he crecido, y por lo tanto las cosas son relativamente más pequeñas en relación a mí.

Pero hace ya tiempo que he dejado de crecer, ahora sólo cumplo años, y sin embargo las cosas continúan disminuyendo de tamaño. El mundo se va estrechando a mi alrededor cada vez más. Hasta casi juntarse el cielo con la tierra. Hasta casi tener que caminar a rastras.

Ahora mi entorno ha encogido de tal modo que apenas puedo moverme, que apenas puedo respirar. Ahora mi mundo es tan menudo que no me queda espacio para vivir.

3 comentarios:

FILO dijo...

Tu primera parte del post me recuerda a los partidos de fútbol y tenis que hacia en la salita de casa de mi madre, hecho que me resulta imposible de imaginar cuando miro ahora el lugar con ojos de adulto. Que grande que parecia entonces. En cuanto al final de tu post ¿Con todo lo que has viajado te sigue pareciendo tu mundo tan pequeño?

musogato dijo...

Es una sensación psicológica, que se puede sentir a veces, lo que intento describir aquí. Las dimensiones reales son otra cosa. Claro que el mundo es muy grande, pero no por ello puedes dejar de sentir claustrofobia en él. Sólo a veces. Sólo en algunos momentos.

Anónimo dijo...

A mi lo que me ocurre cuando vuelvo a los lugares de los cuales tengo recuerdos felices es que, siempre me envuelve una tristeza infinita pues los veo simplemente como lugares desprovistos de la "magia" que hacía que yo los guardase como distintos y especiales, puedo percibir la belleza si son bellos, pero tienen la misma monotonía que cualquier otro. Siempre me digo a mi misma que no volveré a ningún lugar "mágico" de mi vida. Quiero seguir conservando espacios para soñar.