04 junio 2008

Teoría del fin

Cuando me despedí de ti por última vez sentí una gran liberación. Necesitaba que llegara ese momento. Sentía mucha presión, está claro que autoinfundida, está claro que sin sentido, pero la sentía, y me agobiaba. Tal es así que no sabía como continuar, no sabía que más decir, no sabía si había algo más que decir.

Era difícil escapar del tono amargo del que me había rodeado, no sabía si tenía sentido. Desconocía si era lo que esperabas de mí, pero tenía indicios de que no. Vaya responsabilidad más tonta que me busqué.

Cuando llegó el final me sentí muy liberado. La sensación me recordó a cuando, de pequeño, terminaba el último examen en junio y llegaban las vacaciones. Pero esa sensación me duró pocos días, no te creas. Aún así los necesitaba, necesitaba esos días. Después, lo que ya sabes, resurgió la necesidad de escribir, de contar cosas, de compartir contigo estas lineas. Y mira que es difícil contar cosas cuando no te pasa nada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

SIEMPRE PASA Y NOS PASA ALGO (POR SUERTE O POR DESGRACIA)PERO COMO VAMOS A PRISA Y CORRIENDO A "TOS LAOS", PUES NO NOS ENTERAMOS DE LA MISA, LA MITAD