17 marzo 2008

El hombre invisible

Soy invisible. No puedo, ni quiero mostrarme al mundo tal y como soy, bajo ninguna circunstancia. Soy trasparente. No dejo ver lo que hay en mí, no muestro mis sentimientos, mis pasiones. A veces pienso si no será porque no las tengo, y es que en ocasiones me veo como la persona más desapasionada del mundo. Y puede ser, porque yo sé que a menudo soy frío y nada es capaz de provocar en mí el más mínimo sentimiento de pasión. Ni objetos, ni ideas, ni personas. Estoy seguro de que esto no te sorprende.

El caso es que siempre me las ingenio para mantenerme a distancia de todo, de las cosas, de la gente, de la vida. Hago las cosas cotidianas que se suponen normales en las personas, comer, trabajar, ir a comprar, pero no estoy ahí, estoy en otra parte. Soy invisible. Soy invisible para ti, pero no sólo para ti, también lo soy para mí.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es impresionante esta foto... me gusta mucho, hombre invisible.
Sabes que? Creo que eres muy duro contigo mismo. De verdad eres frío? Nada te apasiona? No muestras tus sentimientos? Y qué es este blog? No hay sentimientos aquí?
A veces no es fácil estar, ser, comportarse. A veces tratamos tanto de dar siempre lo que otros quieren o esperan que nos olvidamos de quienes somos. O peor. No sabemos quienes somos!
Te sorprenderias si supieras a quien calaste algún día. A veces hay personas que pasan rápidamente en alguna etapa de tu vida, que apenas llegas a conocer, y en las que sin embargo has dejado huella.. la que sea y por lo que sea, pero huella. Gente que a lo mejor no te vuelves a cruzar jamás, pero que te llevan con ellos sin que lo sepas.
El mundo no es solo lo que tú ves. Hay mucho que no conoces, hay muchas cosas que son invisibles para tí..
Un cariñoso saludo!

musogato dijo...

Echaba de menos tus comentarios. Te echaba de menos a ti. Pero has llegado en buen momento.

Me has dejado noqueado con tu mensaje. Si no reaccionar si por lo menos me has hecho pensar. Siempre pensar.

A lo mejor soy un poco egocéntrico y, como tu dices, no soy yo el invisible, sino el mundo que me rodea. A lo mejor soy yo el que no puede percibir las huellas que va dejando, o el que no sabe valorar las que me dejan a mí. O a lo mejor no estoy tan ciego y sólo soy un cobarde, o estoy enfermo, o...


...pero nunca me abandones

Anónimo dijo...

No te preocupes por eso...Me gusta estar aquí!
Un gran beso musogato!