10 abril 2007

Lágrimas de metal

Llorar,

necesito llorar,

más que nunca lo necesito.


Más que nunca necesito dejar mis lagrimas escapar,

como nunca antes,

con total libertad,

sin cohibición.


Necesito notar el sabor salado de mis lagrimas,

para ello deben emprender un largo camino,

recorrer una larga distancia.


Será una aventura épica,

un viaje iniciático,

una declaración de principios,

un punto de partida,

un nuevo orden de valores,

una nueva realidad.


El símbolo de una nueva vida,

más existencial que nunca,

más moral que nunca.


Quiero sentir mis lagrimas en las mejillas,

porque eso significará que estarán a mitad de camino,

que quedará menos para el nuevo principio,

que faltará menos para el final.



Árbol de metal. Se encuentra en una sinagoga de Budapest y en cada hoja está escrito el nombre de una víctima judía húngara durante el holocausto nazi.

Ya queda menos.

Musogato.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también necesito llorar...de soledad, de impotencia, de confusión, de perdida..Necesito llorar a ver si así consigo salir del callejón de los gatos...
Pero no creo que sea ningún principio, ni final, ni camino...solo llorar...

musogato dijo...

¿quieres que hablemos?

Anónimo dijo...

Gracias... No te preocupes, aunque te lo agradezco. No mucha gente está ahí hoy en día... No es malo lo que dije arriba. A veces, solo hace falta llorar, descargar, desahogarse, gritar, patalear...y luego, cuando lo has hecho, es como si te quitaras lastre y todo fuera más fácil. Por eso para mí, ahora, no es mas que llorar, para que todo sea más ligero y poder así seguir, o buscar por donde seguir..
Nadie dijo que las cosas fueran sencillas...