¿Nunca te has preguntado porqué hay construcciones milenarias que siguen en pié, a pesar de la desidia humana o de las fuerzas de la naturaleza y, sin embargo, hay modernos edificios qué no sobrepasan más que unas pocas décadas? ¿Será porque fueron construidos con diferente convencimiento? ¿Tendrá relación la estructura de las edificaciones con el interior de las personas que las construyen, o que las mandan construir? ¿Qué lectura podemos hacer entonces de nuestras ciudades de hoy si las comparamos con las de los grandes imperios del pasado? No sé, pero me dá la impresión de que nuestra estructura es más frágil, y se tambalea.Emerita Augusta (2005).
Un abrazo.
Musogato.
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